En los últimos meses, e incluso días, hemos sido testigos de la gran competencia que tienen diferentes redes y apps entre sí. Por ejemplo, hace unos días WhatsApp ‘innovó’ sus ‘estatus’ al agregar momentos que caducan 24 hr. después. ¿Te suena familiar?. Si pensaste en SnapChat, o bien, en la red social Instagram, estás en lo correcto pues las historias que puedes compartir en estas plataformas se borran 24 hr. después.
Otro ejemplo es YouTube, la plataforma audiovisual más popular del mundo, que agregó transmisiones en vivo para competir con Facebook (propietario de WhatsApp e Instagram). Y la nueva es que ahora podrás transferir dinero con Messenger, esto gracias a que TransferWise lanzó un nuevo programa de chat que permite a los usuarios de Facebook mover sus fondos al extranjero usando la aplicación de mensajería de la red social.
Después de analizar estos cambios, me pregunté: ¿qué hay de nuevo? ¿Se están estancando las empresas o, en un esfuerzo por demostrar que son los mejores, agregan beneficios ya existentes a sus plataformas?
Sin duda alguna podemos apreciar que los cambios, en su mayoría, buscan un beneficio y no sólo ser entretenidos. Pero siendo honestos, debemos darnos cuenta cuando ya nos hemos estancado y no avanzamos más allá de lo que se puede hacer.
Por el otro lado, hay que aceptar que es difícil pensar en ideas que revolucionen al mundo cuando éstas se basan en otras ya existentes. Es como ir al cine a ver una película: si somos honestos admitiremos que es una historia que hemos visto una y otra y otra vez pero lo que le da ese toque diferente y la hace realmente única es el giro que se le da. En cómo se cuenta la historia hasta tal grado que parece diferente a las demás ya que tiene su propia esencia.
Creo que eso es lo que se necesita en las apps y redes sociales, darles ese toque único (como al inicio) que las hará diferentes a las demás y disfrutarlas con su propia esencia.