Cuando hablamos de conflicto, es importante saber identificar que este se puede presentar de diversas formas y ámbitos en donde muchas veces participan las relaciones públicas para el desarrollo de estrategias a nivel comunicacional, que formen parte de la gestión de este para incidir positivamente no solo en la organización o empresa sino también frente a sus stakeholders.
Ahora bien, aunque el conflicto y la competencia suelen ser conceptos que tienen un tipo de relación, es importante destacar que, en el marco de ambos conceptos es en el entorno de la competencia donde la relevancia de la labor de un publirrelacionista adquiere fuerza. La razón es simple, en el entorno empresarial la condición del mercado nos dice que existen muchos grupos que buscan capitalizar los recursos que en este se encuentran (Ejemplo: clientes, colaboradores). Por lo que la función de las Relaciones Públicas incide en entrar en “conflictos” sanos con aquellos que tienen puntos de vista distintos respecto a lo que se considera benéfico o perjudicial para la sociedad.
Sin embargo, cuando hablamos de conflicto, este se produce cuando hay un ataque directo entre dos grupos a nivel comunicacional, es decir entre una organización y sus públicos. En este escenario el trabajo del publirrelacionista consiste en primera instancia, en evaluar si la organización para la que trabaja se maneja con ética, integridad y equidad, buscando en todo momento beneficios mutuos.
En la práctica de gestión de conflictos, para poder determinar la postura de la organización, es indispensable tomar en cuenta a todos los públicos involucrados, lo cual permitirá establecer una estrategia de acción con uno o varios objetivos específicos. Este proceso es importante y funciona de la misma manera si lo que se busca es establecer un plan de crisis a priori, donde se analizan los factores tanto internos como externos que podrían desencadenar un conflicto. Esta buena práctica ayuda a las organizaciones a establecer líneas de acción bien planificadas para tomar decisiones asertivas frente a una crisis real.
Si un conflicto ha llegado ya a la organización, este puede entenderse mejor si se analiza como un ciclo con momentos muy específicos, lo que proporciona una visión general de la situación y por tanto del camino a seguir.
La mejor forma de lograr la óptima gestión de conflictos está en la labor preventiva, esta permite a los profesionales de Relaciones Públicas ser más analíticos y perspicaces respecto al entorno en el que se mueve la organización para la que trabajan, lo que les permite minimizar los efectos colaterales y directos que atentan contra la misma y sus públicos.
En IAP desarrollamos planes de Relaciones Públicas analizando el contexto interno y externo de cada uno de nuestros clientes, a fin de establecer acciones estratégicas encaminadas a impactar positivamente en sus públicos meta y por tanto atendiendo las necesidades de estos.